Cientos de documentos de la Casa de la Canóniga describen la historia y las anécdotas sobre las que se forjó el Viejo Reino. Entre ellos destaca el Documento del Rey Silo, el diploma real más antiguo de España.
Diario de León.
Hay un territorio de la historia de España que no puede entenderse sin algunos de los documentos que atesora la Catedral de León, más de 50.000 fondos que han sido defendidos y compilados durante once siglos por archiveros que, como subraya el actual responsable, Manuel Pérez Recio, «resumieron desde el siglo XII al XV, en apretadas páginas de pergamino o papel, otros tantos cartularios que describen los documentos más importantes existentes en el archivo».
Tal vez sea la Nodicia de kesos -acta notarial del romance español- el documento más conocido de cuantos se acogen a sagrado en la plaza de Regla, pero la conocida como Casa de la Canóniga alberga legajos por los que cualquier archivo o biblioteca del mundo vendería su alma. Es el caso del documento del rey Silo (año 775).
Su valor reside en que se trata del primer diploma original y auténtico de la diplomática española y certifica la donación de varias propiedades del monarca a los religiosos en un lugar llamado Lucis.
Además, la Pulchra atesora 88 códices únicos y uno de los 20 más importantes del mundo. Es el caso del Palimpsesto, en el que se «superponen» la Lex Romana Wisigothorum -recoge el Derecho romano vigente en el reino visigodo de Tolosa y fue elaborado durante el reinado de Alarico II (487-507 dC)- , textos de la Biblia (VII) y la traducción latina de la Historia Eclesiástica de Eusebio.
La historiadora Margarita Torres destaca que uno de los documentos más singulares de cuantos alberga la Catedral es el catalogado bajo el número 508. Del año 985, recuerda una de las muchas rebeliones nobiliarias contra Vermudo II, todas ellas con el apoyo de Almanzor. Ésta en concreto se relaciona con los hechos que la leyenda atribuye a la defensa del conde Guillén de la capital. En el Libro de las Estampas se ilustra la historia extraordinaria de la condesa doña Sancha Muñiz. Hija de un rebelde a la corona, tuvo tres maridos y fundó el monasterio de San Antolín. Gran benefactora de la Catedral, fue asesinada por su propio sobrino, Nuño, para hacerse con la herencia. Precisamente, éste es el momento que recoge la miniatura final del libro.
Al año 1012 pertenece uno de los documentos más valiosos desde el punto de vista histórico. Se trata del que narra la rebelión y guerra civil sofocada por Alfonso V pocos años antes de conceder el Fuero de León, que supuso el punto y final jurídico de los «desmanes» de la nobleza feudal.
Otros dos diplomas nos hablan de la fundación de sendas iglesias erigidas por reyes: San Claudio y San Marcelo. El primero de ellos, del año 954, describe la refundación de San Claudio por parte de Ordoño III ya que, según asegura el documento, se encontraba en ruinas por culpa del abandono y de los moros. Al año 963 pertenece el que certifica la fundación que hace Sancho I de San Marcelo «en un suburbio de León».
Por último, una curiosidad del año 1007: dos judíos venden bienes en Trobajo, en las mismas condiciones que lo harían los cristianos., una muestra de que en el Reino de León se gobernaba con generosidad.