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Sesion de Cortes 22- 9- 1821

NOTA DE VRedondof : En el Bierzo se habla mucho de que el Bierzo fue provincia el 15-10-1821  , pero nunca he leido nada al respecto ampliando el tema ... que quien gobernaba donde se fraguo , como se hizo , quienes fueros los ponentes , el porque .. etc etc etc .
Por ello me he propuesto al menos leer lo que puede haber en "la nube" al respecto .
y eso lo hare en muchas etapas , cuando tenga tiempo y me apetezca.
Para ello pongo un enlace en este blog de HdB (Historia del Bierzo) a lo que encuentre.


Empiezo por el diario de las sesiones de Cortes ,- Legilatura extraordinaria y copio y pego enlaces a 


PRIMERA JUNTA PREPARATORIA celebrada el dia 22 de detiembre de 1821.


y tambien enlace a 


Diario de las sesiones de Cortes : legislatura extraordinaria (Esta legislatura dió principio en 22 de Setiembre de 1821 y terminó el 14 de Febrero de 1822)  
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LABRIEGOS O BREVIARIO DE UN TIEMPO CERCANO (II)

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Labriegos o breviario de un tiempo cercano (I)



Labriegos o breviario de un tiempo cercano (I)

Por Felipe Martínez Álvarez.
Actualizado el 26/11/2009 

Consideraciones  a un tiempo pasado

Las formas de ser y hacer humanos son siempre inacabadas e inacabables, están sometidas, y de forma inexorable, al cambio, vertiginoso a veces o de una lentitud exasperante  otras. Las causas y motivos del cambio son alimentadas bien desde fuera (exógenas), bien desde dentro (endógenas), las unas no excluyen las otras puesto que  la puerta del futuro es constituyente de lo humano.

Los pueblos y las gentes, que en otro tiempo conformaban el entorno de la ciudad de Ponferrada, no podrían ser una excepción. Desde los años treinta del pasado siglo, la cultura urbana e industrial de la villa-ciudad, situada de perfil entre el pasado y un prometedor futuro, más abierto y plural, llegará a ejercer una imparable influencia sobre ancestrales formas de conductas labriegas hasta el punto de diluirlas casi por entero, pues el progreso industrial, entre otros, conllevará el anonimato, pluralidad y pluralismo de las gentes, a la vez que transforma gradualmente el suelo de los antiguos sentimientos de culpa y vergüenza por los de ley y coactividad.

Nosotros, hijos o nietos, herederos o sucesores de aquellos labriegos, tenemos motivos más que suficientes para mostrarnos agradecidos, pues, además de traernos a la existencia, fueron ejemplo teórico-práctico de renuncias en pro de siguientes generaciones y que presuponen una  implicación personal de amplias y elevadas miras, por el  valor e  importancia que concedieron a lo pequeño, despreciable en apariencia, por el espíritu de laboriosidad, así como asumir responsablemente las funciones que la tradición les asignó tanto en autoestima como en valoración moral. El disfrute inmediato, y a toda costa, no llegó a formar parte de su estilo de vida, porque, si bien es verdad que sus recursos eran asaz limitados, sabían, sin embargo, que el hedonismo  y el despilfarro conducen a la holganza, indolencia, irracionalidad y vicio, siendo, por lo mismo, punto de partida de toda suerte de miserias y descalabros. Por ello será menester, una vez más, dar cuerpo con la palabra escrita a tantas cosas y rescatar cuanto esté presente, sólo que en el olvido, para que contándolas no se extingan para siempre.

Considerar y valorar el pasado no tiene como finalidad anclarse en él, sino, más bien, un entrar en lo que siendo ya irreversible, pueda ser una exigencia para valorar y crear. Pues así como el arquero ha de tensar el arco hacia atrás a fin de que el dardo alcance el blanco y no caiga delante sus pies, algo análogo sucede con todas las generaciones que, recorriendo los caminos de la vida, se ven necesitadas de transformar el camino recorrido por otras generaciones en equipaje, porque sin conservación de lo adquirido, ninguna adquisición es posible.

A tal fin ,parece  necesario tener que distinguir entre lo viejo y lo antiguo de los tiempos pasados, de los legados de nuestros ancestros ,si bien el problema habrá de radicar en poder fijar el criterio  que permita discernirlos ,cuestión asaz dificultosa.

Se dice que el tiempo viejo no soporta el paso del tiempo, que es desechable por su atonía, inservible, estéril y agotado, que no merece la pena repararlo ni restaurarlo, que impide ver otras cosas, que sirve, en todo caso, a la nostalgia. Que el  tiempo antiguo, por el contrario, no muere con el pasado, le sobrevive, es viva huella de otro tiempo que triunfa sobre la muerte, que puede ser restaurado si bien de manera cuidadosa pues mantiene una tensión temporal y peculiar con el presente. Que el tiempo antiguo está ahí para quien desee advertir su presencia, y ofreciéndose de forma gratuita, con su peculiar pátina y elegancia, reclama nuestra atención por su valencia, aunque para quienes viven en lo novedoso del presente, el pasado carece de sentido.

Es cierto que, con frecuencia, habitamos en los dos ámbitos, que uno y otro son, como todo lo humano, cuestiones abiertas, si bien el tiempo viejo parece remitirse a la ordenación racional de medios a fines y así conseguir un máximo de eficacia en un determinado orden o sistema. Por el contrario, la actitud ante lo que consideramos tiempo antiguo es un acicate que pretende captar otra dimensión, la racionalidad en la que los medios no decidan los fines, y así podernos situar más allá de las cosas y poder orientar la vida. Es por lo que, al decir de Ortega y Gasset, “estamos obligados a justificar todos los tiempos, la verdad que cada tiempo ha vivido (...), y la necesidad de seguir pensando, pues nada ha sido pensado definitivamente”.

Toda maduración social tiene lugar en un proceso de una larga y laboriosa decantación que, llegado un tiempo se agota, entra en un callejón sin salida y acaba esclerosándose lo que tan laboriosamente se ha conseguido. No da más de sí y ha de entregar su testigo, mediante las crisis pertinentes, a otras alternativas o formas más evolucionadas de sociedad, pues cada sociedad es lo que es por su organización, lo que no significa que lo último, lo novedoso, sea lo mejor y definitivo.

¿Tiene lugar la marcha de los humanos, por así decirlo, en forma de círculo, espiral, zigzag? La larga marcha de plantas y animales no ha sido simple ni uniforme, si bien, a prima facie, pudiera parecer circular. En cualquier caso, realidades tan hermosas, complejas y de tan laboriosa configuración como las flores habrán de transformarse en frutos, éstos en semillas, en tallos ,en espigas (...), y el  huevo fecundado   en embrión, en feto (...), en el mundo animal. Parece ser que la alternativa a todas las crisis es siempre vida, si bien todo  ello tiene lugar en un lento y paradójico proceso, implacable en sus etapas y oscuro en sus intenciones. El enigma emerge siempre: ¿se viene de... y se va hacia...?

Dirigir nuestra atención hacia el tiempo pasado no es, entonces, un perder el tiempo sino raíz de nuestro existir, pues nuestro vivir parece consistir en asistir a lo que ”nos pasa”, ”pasar”. Si el tiempo humano pasado, en general, se pudiera tachar porque no vale nada, eso mismo habría que hacer con nuestro presente y futuro, lo que, ciertamente, sería desazonador, pues todo valdría nada. Por consiguiente, es necesario considerar que   ni el presente es totalmente estable ni el pasado necesariamente efímero.

Así como conocer, por ej., la fisiología de nuestro intestino o de nuestra piel no altera nuestra condición de indigentes en el orden científico-técnico, sin embargo, el conocimiento de nuestra historicidad nos descubre que somos una perspectiva más, importante pero incompleta, y que, como tal, contribuye a relativizar nuestra existencia. Es, pues, el pasado histórico un catalizador de experiencias, de experiencias irrepetibles, si bien abiertas, porque siempre echamos de menos la falta  de piezas: “una procesión no termina hasta que no haya pasado el último cura”.

La condición de labriego

Desde antiguo se ha estimado que aquellas personas que ejercían trabajos físicos, manuales, habrían de llevar una vida de inferior condición respecto al resto de los humanos, por entender que las actividades primarias requieren, básica o únicamente, fuerza o vigor físico, y que el esfuerzo físico implicaría tener consecuencias negativas tanto para la salud corporal como para el alma, pues un cuerpo debilitado escasamente tendrá energías para otras actividades; quedando, en consecuencia, como embrutecidos y enajenados.

Hasta el mismo término trabajo, derivado del latín, hace referencia a una situación innoble, ominosa. El término se deriva de: tres-palia, tres palos que servían de tortura, por lo que tripaliare equivale a torturar.

Trabajar en el campo era una forma penosa y mortificadora del cuerpo que termina por arruinar el espíritu. El trabajo agrícola generó durante siglos aislamiento social, desprecio, sus miembros viven para trabajar porque no sirven para otra cosa. Son sucios, renegridos, encallecidos, envejecidos prematuramente, no saben comer, estar, son brutos y rudos.

Figuraron siempre en el más bajo escalón de la estructura social: Unos rezan -oratores-, otros defienden o pelean - bellatores- y otros producen bienes materiales para todos -laboratores-. Hasta en el mismo siglo XIX, los palos de la baraja tenían estos referentes: los oros significan los comerciantes y burgueses, las copas los clérigos, las espadas la nobleza y los bastos los siervos-campesinos.

El mismo libro del Génesis nos significa que Caín era agricultor y Abel pastor, y que Dios aceptó las ofrendas de Abel pero no las de Caín. El uno era bueno y el otro malo. El refranero popular pretende ponernos en guardia acerca de la codicia y malas artes de los hermanos pobres o campesinos: ”Bizcocho de monja y carga de aldea, que Dios se la dé a quien la desea”. Fue casi un axioma aquello de: ”En los pueblos se envejece, envilece y embrutece” y, por el contrario, ”Métete villano en villa y serás señor”.

Valores y conductas labriegas

Cada sociedad es lo que es en función de su organización, y a ésta la conforman ideas y creencias, valores y valencias, costumbres, mores, leyes, instituciones.

Nuestros antepasados labriegos conformaron su vida y trabajo en el ámbito en que nacen, se casan... y mueren, pero transidos, en su mayoría, de unos referentes verdaderamente fundantes, decantados a lo largo de toda una trayectoria secular y conformados en ancestrales creencias cristianas, vivenciados en formas relativamente uniformes y estables por los mismos grupos humanos. En este elenco de valores y valencias se priorizan: la responsabilidad, autoestima, tenacidad, austeridad -severa y forzada, a veces-, laboriosidad, discreción, prudencia, sosiego, lealtad, piedad y solidaridad, que se hace especialmente relevante en momentos de necesidad, tribulación y desgracia.

La vivencia tiránica (¿) de estos valores sirve de guardián de  conductas y de la misma sociedad, de un modo de vida cerrado, relativamente estable y homogéneo, en las que la sanción social será el cemento del grupo, que trata de evitar el cambio, tomando para ello medidas contra lo que desde dentro o fuera pueda poner en peligro su estabilidad, pues si algo viene de atrás, si siempre ha sido así, si ha resistido a tantos embites, por algo habrá sido.

El deberíamos..., el hay que..., la culpa, la vergüenza propia y ajenas, constituyen el límite de las conductas que, al consolidarse en mores por la costumbre y tradición, posibilitarán el control social con un mínimo de formalidades, a la vez que darán identidad a una comunidad frente a terceras.

La vergüenza y la culpa contribuyen, también, a consolidar la autoestima personal y grupal. La autoestima comporta confianza y seguridad en uno mismo, así como una mejor predisposición frente a las dificultades futuras que nunca   habrá que menospreciar, pues la vida enseña que, desde que se nace hasta que se muere, no hay otra alternativa que bracear contra corriente.

A su vez, para que las cosas de todos vayan lo mejor posible, habrá que prever las formas de canalizar las inevitables tensiones y conflictos que han de nacer entre parientes, próximos y convecinos. La tiranía (¿) del deberíamos, del hay que, pretenden ordenar la vida en mesura y armonía, por lo que será necesario prever las formas de canalizar las inevitables tensiones del grupo.

La felicidad, por tanto, dependerá, no sólo, de la valoración  que hagamos de cuanto seamos, tengamos y logremos, sino de la valoración final que, inevitablemente, no ha de ser  inmune a desconfianzas, murmuraciones, maldiciones y enemistades.

Las frustraciones, consustanciales al vivir, requieren de una válvula de escape que posibilite la salida a toda suerte de desajustes, pues un control perfecto es imposible, amén de  nocivo. De ahí, quizá, la necesidad de configurar no sólo los  tiempos de negocio sino también los de ocio, los días fastos, y prever los remedios para los nefastos y de tribulación .

Se impone saber que hay que contar no sólo con las conductas propias de los niños, enfermos, ancianos, sino también con las de los atravesados, botarates, manguelos, pillabanes, codiciosos, y aquella otra suerte de personas que padecen otras dolencias. Las bromas desmedidas, los excesos en el comer y beber en determinadas ocasiones, los cantares y decires más o menos escabrosos en bodas y otros festejos, las imprecaciones contra el cielo y la tierra, los juramentos y otros, advierten que hay que contar y canalizar el cerebro reptiliano, siempre al acecho. La catarsis, como válvula de escape, se impone como método universal de la salud individual y grupal.

Los tiempos labriegos

El tiempo astronómico condiciona los tiempos de trabajo, descanso, festivos, bodas y hasta el tiempo de morir; casi todo se vive con un sentido ritual. El sol, la sombra y la campana marcan los ritmos. La sirena de la vieja Central de la M.S.P. notifica la hora precisa llamando a relevo al  siguiente turno, si bien para otras horas y tiempos más precisos habrá que recurrir al reloj carrillón del Sr. Cura.

Buena parte de los comentarios giran en torno al tiempo meteorológico y todo lo con él relacionado: buen tiempo, lluvia, nieve, sequía, frío, calor, tiempos de luz, ordenación de los cultivos, siembra  o recogida, enfermedades de  plantas, animales y personas.

En el invierno se paraliza la naturaleza, por lo que hay un tiempo más propicio para la vida interior, sosiego, descanso del cuerpo y el espíritu, pues quien así vive entra en lo que es realmente la vida, llegando a ser capaz de disfrutar y hasta de sentir dolor. La conversación, fantasía y socarronería de quienes comparten este tiempo con el ritual del cigarrillo y el chisquero, se convierten en importantes categorías estéticas y sociales.

El tiempo marcará las necesarias festividades religiosas, los contratos y hasta las bodas: no es bueno ni sensato  casarse en mayo o en noviembre, también los réditos, obligaciones y foros tienen su tiempo: ” (. .. ) cuatro fanegas de centeno bien limpio y una gallina que no haga clic ni cloc... por Nuestra Señora de Agosto o por San Miguel, 29 de Septiembre “. Por San Martín, 11 de Noviembre, se hace la matanza y por San Andrés el mosto vino es. Por Diciembre, Enero o Febrero se inicia la poda -con podadera- de la vid, si bien hay quien afirmará que: si quieres ver a tu viña moza, pódala con hoja. San Antón, la Candelaria y San Blas anuncian el nuevo ciclo. Carnaval y el entierro de la sardina permitirán licencias prohibidas en la Cuaresma. Del mes de Marzo, el primer mes del año en otro tiempo, es mejor no fiarse, es un mes traicionero, quedan en el recuerdo sus venganzas contra el pícaro pastor y sus ovejas, o bien como: pascuas marciales hambrientas o mortales. Por San Jorge todo apunta a mejor, si bien con el dragón-araña, a pesar de la terrible lanzada, cualquier cosa es posible: mátala bien que no se te vaya. Por San Marcos, 25 de Abril, ya hay alcacer que suple la ya casi agotada hierba seca del pajar o del medero. Antes de la Ascensión, será menester prever y protegerse con las preces y rogativas hechas a toda la corte celestial para que, con su auxilio, los campos fructifiquen frente a sequías, plagas, pedrisco y tormentas. Nada estará seguro hasta bien pasada la temida Cruz de Mayo, pues las cosechas -también las virtuales- habrán de dormir muchas noches a la intemperie. En cualquier caso: Mayo pardo y Junio claro pueden más que la mula y el carro,  si bien las  tormentas de San Juan -San Juan y San Pedro  que juegan alocadamente a los bolos- quitan vino y no dan pan. En Mayo se siega y recoge la hierba tan necesaria para el ganado de carga y tiro sin los que el labriego es casi nada. Por Junio suele hacerse necesario el adelantar en días la siega de algunos manojos de centeno, ya no resta pan en la panera. En Julio llegará el tiempo de la maja, trilla y recogida del grano del muelo. En Agosto los garbanzos y pedruelos que merman hambre y duelos. La paja trillada mezclada con repollo o nabos y una poca de harina son alimento del ganado, por lo que a finales del mes de Julio o comienzo de Agosto, se ha de plantar el repollo de asa de cántaro, ofertado por los repolleros de Villares de Órbigo; por San Roque o San Bartolo, también en Agosto, se siembran los nabos. Por El Cristo o San Miguel, en Septiembre, comienzan las vendimias y recogen otras frutas y frutos, quedando para mediados de Octubre la recogida de la pera caruja (....). Por San Miguel comienza a prepararse el mullido de las tierras, haciendo la sementera después de las lluvias, ya en últimos de Octubre o primeros de Noviembre. En Noviembre habrá de llover en abundancia hasta que la tierra  se empape, pues: Si la reguera corre antes de Navidad, paneras fuera, si por el contrario, paneras quedas.

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LA M.S.P.: "
LA M.S.P.


La Minero Siderúrgica de Ponferrada, S.A. es la Compañía minera que se dedica a explotar desde 1918 el rico yacimiento carbonífero existente en el Valle de Laciana. El aislamiento geográfico y precaria accesibilidad a esta zona permitió que no pudiera ser puesto en valor hasta el justo momento en que se inauguró la línea de vía estrecha ferroviaria que uniría las poblaciones de Ponferrada y Villablino.

La ventaja de esta zona carbonera estriba en que, mientras otros yacimientos del norte de España exigen efectuar perforaciones de cientos de metros, MSP cuenta en su haber con un conjunto de explotaciones a cielo abierto y con otras subterráneas de montaña, con reservas localizadas, estimadas en una cantidad global de más de 36 millones de toneladas de gran calidad medioambiental.

A pesar de las constantes reducciones de plantilla que se produjeron desde 1998, MSP da empleo actualmente a un número variable de entre 800 y 900 productores y técnicos.

Las explotaciones subterráneas en las que realiza labor extractiva la MSP, actualmente, se denominan “El Feixolín”, “Calderón”, “Lumajo”, “Tormaleo” y “Xaral”. Y, en cuanto a cielos abiertos, los más notables son los de Villablino y de Tormaleo. Asimismo, dispone de un Lavadero y de una infraestructura de Ferrocarril.

Las instalaciones de la MSP tienen, no obstante, un factor contrario, al encontrarse en las inmediaciones de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPAs) del Alto Sil y de San Emiliano, incluso invadiéndolas. En estos hábitats se detectan especies ornitológicas tan apreciadas y escasas como el urogallo, el milano real, el búho real, el aguilucho pálido, el aguilucho cenizo, el águila real, el alimoche, la perdiz pardilla, el halcón abejero, el águila culebrera, el halcón peregrino o el pito negro.


HISTORIA DE LA MINERÍA DEL CARBÓN EN LEÓN:


Este tipo de actividad extractiva surgió ya a mediados del S. XIX con el surgimiento de las fábricas siderúrgicas y de sus altos hornos, que se abastecían con carbón de coque. El primer complejo siderúrgico español fue el de San Blas, ubicado en Sabero, que se levantó en 1840. En 1859 estaban registradas 216 concesiones mineras en las diferentes cuencas leonesas y cuatro empresas establecidas y en funcionamiento.

En aquella España de fines del S. XIX y comienzos del S. XX la industrialización era, más bien escasa, en España. El carbón autóctono tenía unos competidores imbatibles, que eran ciertos carbones extranjeros y sobretodo el inglés que, además, generaba menos cenizas, siendo más adecuado para la coquización y más económico, al extraerse por grandes Compañías con un nivel de mecanización más intensivo y avanzado.

Al contrario que otras cuencas leonesas, la de Laciana, se disponía como poco fragmentada y bastante compacta, favoreciendo así una explotación y proyectos racionales a gran escala. Sin embargo, para posibilitar esta opción era inexcusable la construcción de una línea de ferrocarril adaptado desde Villablino hasta Ponferrada, donde sí se contaba ya con una infraestructura idónea para dar salida al transporte del mineral.

La Primera Guerra Mundial (1914-1918) había puesto de manifiesto una caída total de las importaciones de carbón inglés, por la lógica de que este país estaba inmerso plenamente en el conflicto. Ello creó las condiciones para una gran expansión en todos los órdenes en el mercado interior y un apogeo o auge en todas las cuencas carboneras hispanas para contribuir a cubrir el hueco de la mínima oferta internacional. Así, se fueron satisfaciendo las demandas en crecimiento de los principales consumidores, tales como los ferrocarriles y las empresas navieras.

En este contexto y tesitura, se constituyó la Sociedad Minero Siderúrgica de Ponferrada, S. A. el 30 de octubre de 1918, al amparo e impulso de la Ley de Protección Industrial promulgada en julio de 1918, en la cual se contenían una buena serie de importantes y transcendentes ventajas para aquellos empresarios emprendedores que invirtieran en la creación de Sociedades mercantiles del sector industrial en España.

El ferrocarril conocido como “Ponfeblino” era vital para transportar todo el carbón que producía y suministraba la MSP, desempeñando un papel básico y siendo uno de los que empleaba un mayor número de locomotoras “a vapor”, de variados tipos y adquiridas en distintas épocas. Así, a finales de los exitosos 60, se inició un proceso de sustitución y cambio progresivo y planificado de las máquinas a vapor por las diésel, con objeto de más que duplicar con mayor efectividad la capacidad de transporte de carbón.

El trayecto o recorrido ferroviario fue complementado con la anexión de ramales o bifurcaciones. Éste fue el caso especial del realizado antes de poner en marcha la Central térmica de Compostilla I en 1949. Otros itinerarios accesorios eran los de Caboalles y Villaseca que, junto a otros sub-ramales, llegaban a recoger el carbón de los distintos grupos y pozos de la MSP confluyendo para centralizar y controlar su evacuación desde Villablino.

Las dos décadas inmediatas de la postguerra civil (años 40 y 50) fueron los períodos dorados de continua expansión del conglomerado minero. En los años 40 se desencadenó la II Guerra Mundial, trayendo aparejada una debacle de las importaciones, con la repercusión subsiguiente en el aumento de la demanda de carbón nacional y con el estímulo añadido de una necesaria industrialización tardía perseguida como indispensable en España. Efectivamente, el Gobierno franquista se volcó materialmente con las minas, estableciendo medidas excepcionales en su beneficio. Como resultado, en 1944, la MSP era la empresa más tecnificada y mecanizada de la provincia.

La década de los 50 representa, en detalle, el espacio temporal de máximo auge y relevancia para la minería española, originado por cambios sustanciales que se acompañan con un incremento notorio en los precios del carbón. Se produce también un inicio de apertura interesada del régimen dictatorial para lograr el desbloqueo internacional que posibilitaría una mayor capacidad en la compra o importación de bienes de equipo (tecnología), a la vez que un salto cualitativo en su producción y en la adquisición de maquinaria y útiles-herramientas. Pero, a punto de rematar el decenio, se atisba ya una crisis duradera de la industria del carbón y siderúrgica, cuyo punto de partida es el año 1959 como consecuencia directa de una compleja coincidencia de gustos y cambios sociales, con el reemplazamiento del carbón por otros combustibles fósiles procedentes del petróleo, el consumo doméstico del butano y el propano y el Plan de electrificación de la Red convencional ferroviaria española. Únicamente la antracita fue capaz de sobrevivir con solvencia a esta crisis, merced a que pudo equilibrar el descenso pronunciado de ventas al sector doméstico con un aumento significativo en el consumo de las centrales térmicas y las fábricas de cemento.



Con el Plan Energético Nacional (PEN), elaborado en 1979, el carbón adquiere un relativo empuje con la apertura hacia el mercado productor y generador de elctricidad, mediante una previsión de construcción de centrales termoeléctrica en el quinquenio 1979-1984.

Esta muestra de buena voluntad se truncó y la última década del pasado S. XX fue nefasta, con la convulsión e insostenibilidad absoluta de la MSP, declarándose judicialmente su estado de quiebra el 2 de julio de 1993.

En octubre de 1994, el empresario leonés- en medio de la polémica- Victorino Alonso asumió el control de la MSP, tras inyectar una inversión de

2.500 millones de pesetas en su capital social.

Al cabo de ocho años de fuertes desembolsos y aportaciones dinerarias, la MSP garantizaba la totalidad de sus débitos y obtenía beneficios con su actividad.

Es más, como puntal para consolidar la MSP, se formalizó en marzo de 1995 la adquisición de la sociedad asturiana cercana Minas de Tormaleo, S.A., con la estrategia orientada a una fusión por absorción.




GEOLOGÍA:


Los procesos geológicos tienen una extensión enorme, en comparación con la vida del ser humano. El mineral fósil en Laciana fue formándose durante unos 600 millones de años, nada comparable con los 4,5 miles de millones de tiempo geológico de existencia de nuestro planeta. Estas cantidades y magnitudes sólo pueden ser aprehendidas por nuestra imaginación.

Las concesiones mineras que, en el presente, explota la MSP se sitúan en las Cuencas de Villablino y de Tormaleo, aledañas geográficamente y en zona montañosa cantábrica, la mencionada como primera en la provincia leonesa y la segunda en la Comunidad asturiana. Lo que liga a ambas Cuencas es su génesis o formación en el Periodo Estefaniense, fase en la que se acumularon y modificaron sus sedimentos carboníferos.

En líneas generales, no sólo por su proximidad sino también por su composición, las Cuencas de Villablino y de Tormaleo aúnan grandes semejanzas reveladas en su estudio y configuración geológica. Integran un conjunto extenso de afloramientos, al lado de las otras Cuencas del Tineo, del Bierzo, de Rengos y de Cangas del Narcea. La Cuenca en cuestión, la de Laciana-Tormaleo, se disemina a lo largo de 33 kms. de longitud, mientras su anchura es reseñable: entre 3 y 4 kms.

La parte sur de la Cuenca está limitada por la falla de Villablino. Fue esta falla la que se hundió, dibujando un hueco en el que se instaló una red fluvial rápidamente, que erosionó y pulió la cadena montañosa acumulando los depósitos que atesora la cuenca. La ubicación intramontañosa de la Cuenca hace suponer, con probabilidad, que las capas de carbón sucesivas se formaron en un medio de colmatación continental con una profusión de áreas pantanosas y turberas con una exhuberante y cuantiosa vegetación.

Desde una perspectiva de análisis estratigráfico se pueden distinguir claramente cinco niveles o áreas: la Paulina, la María-Bolsada, la Calderón-Villablino, la Lumajo y la Carrasconte.







CUENCA DE TORMALEO:


Esta Cuenca tan característica está situada al sur de la provincia y Principado de Asturias.

Los depósitos estefanienses de esta Cuenca se subsumen como pequeñas cuencas que diseñan una banda (Cangas del Narcea, Monasterio de Hermo y Rengos), que se conforman como jalones a lo largo del antiforme del Narcea, partiendo de Tineo (Asturias) y alcanzando hasta Vilablino, al sur.

Las zonas o especie de divisiones de la Cuenca de Tormaleo son las siguientes: los Villares, Peñafurada, Salguero y la Campa.



EL ESTEFANIENSE:

En la Cuenca de Villablino, el Estefaniense presenta unos materiales específicos, con una alternancia visible de areniscas, pizarras y capas de carbón. Todos estos materiales se recuestan de modo discordante sobre un substrato o soporte constituido en el Precámbrico del Antiforme del Narcea, en su parte central, a diferencia de sus extremos oriental y occidental que descansan sobre zonas paleográficas no coincidentes. Por eso, en tanto que en la banda oriental (zona Cantábrica) lo hace encima de materiales comprendidos en el Cámbrico inferior y en el Westfaliense, hacia el oeste (zona Asturoccidental leonesa) lo hace sobre materiales que abarcan una datación desde el Cámbrico inferior hasta el Ordovícico medio.

Los materiales del Cámbrico al Westfaliense se depositaron y reposaron en medio marino. Es después, en este último periodo, cuando acontecen las principales y más claras deformaciones causadas por la orogenia Hercínica, ocasionando un plegamiento de materiales correspondientes al Paleozoico inferior, en el caso de la Cuenca de Tormaleo, y del Cámbrico, en la de Villablino.

El citado mecanismo de depósito y acumulación, predominantemente continental, se observa y constata ante la abundancia de restos y fósiles continentales, la presencia de carbón con cierta continuidad y las estructuras de carácter sedimentario. En este enclave intramontañoso, sobre el que se instaló y originó un medio palustre que desarrolló un área adecuada para una tectónica activa, surgieron importantes sistemas consolidados de canales fluviales, llanuras de inundación anegadas con una enorme masa de vegetación y pantanos. La red fluvial y sus frecuentes desbordamientos en la planicie de inundación fueron provocando la sedimentación y acúmulo de materiales finos en la amplia meseta surcada por el agua y en los embalses o pantanos. Sería, propiamente, la falla de Villablino la que distribuiría y controlaría esta sedimentación, más intensa en diferentes fases del Estefaniense, transcurriendo un tiempo considerable hasta que ello diera lugar a los yacimientos carboníferos de esta parte definida asturoccidental-leonesa.



LA COMARCA DE LACIANA:


La Comarca de Laciana está espacialmente asentada en el extremo noroeste provincial leonés. Su característica geológica definitoria es estar atravesada en dirección noroeste-sureste por un extremo de una formación geológica, denominada el Antiforme del Narcea. El sistema integral carbonífero está comprendido en una faja o banda de 2 a 4 kms. de anchura, partiendo de la Cordillera Cantábrica, más en concreto entre la Collada de Cerredo y la Vega del Palo en el límite Oeste, hasta finalizar en la ribera izquierda del río de Quintanilla, a la vera de la Vega de la Mora en la frontera sureste, introduciéndose ya tímidamente en la vecina Comarca de Babia, quedando en el interior del sistema varios pueblos como los dos Caboalles, Orallo, Villager, San Miguel, Villablino, Sosas, Robles y Villaseca.

Estas tan específicas condiciones geológicas determinan en la Cuenca carbonífera de Villablino unas excelentes y cuantiosas reservas de mineral, cuya explotación comenzó hace más de un siglo proporcionando una inestimable aportación de riqueza que, en ningún momento, ha revertido y repercutido directamente sobre el área geográfica productiva que, a mayores, soporta y se ve perjudicada por el deterioro medioambiental anexo a los incrementos en la actividad extractiva minera.









EXPLICACIÓN DE LAS PROTESTAS ECOLÓGICAS DE COLECTIVOS:



Los males, en forma de problemas acumulativos, de la MSP ya proceden de antaño, en buena medida debidos a una nefasta gestión que obligó a buscar nuevas vías de financiación exterior y a materialmente “empeñarse”. Por este motivo, los ingresos debían acelerarse para soportar la dificultosa crisis económica. Se consideró, equivocadamente, que era el momento ideal para que proliferaran las explotaciones “a cielo abierto”. Como resumen ilustrativo, en 1986 se abre la primera explotación de esta clase en Leitariegos, en el término de Caboalles de Abajo. La excusa socorrida y repetida es que hay que “suministrar un balón de oxígeno económico” a la empresa, so pena de que no supere su estado agonizante.

Un segundo cielo abierto se concedió a la MSP en “La Mora” (Quintanilla), en territorio de la Comarca babiana. Estos dos primeros no llevaban previsión de ninguna medida correctora, ni plan de restauración, del modo y manera que hoy se calificaría de “salvaje, desproporcionado, agresivo y atentatorio al medio natural”.

A pesar de todos los esfuerzos, la quiebra tan temida fue inevitable y, en 1992, la Compañía se declaró “en quiebra”, para pasar a transitar por una larga, interminable, penosa y ejemplar negociación y reconversión. La propuesta de sacrificios para poder efectuar una gestión equilibrada de los activos- que se antojaba prácticamente imposible- hizo que los trabajadores, como parte más desprotegida, cargaran con casi todas las renuncias, en aras de mantener su actividad.

En 1995, envalentonada, la MSP reivindicó la apertura de un cielo abierto para dotarse nuevamente de un “balón de oxígeno”, dentro de la estrategia de la empresa de saneamiento de cuentas. “El Feixolín”, que era el nombre de la nueva explotación en Orallo-Villablino, se solicitaba para un lapso de cinco años de laboreo, mas todavía prosigue activa y, además, se ha solicitado y demandado una nueva ampliación en su localización.

Llegado el año 1997 se suceden las reclamaciones y peticiones de nuevos proyectos extractivos, Salguero Norte y Salguero Sur (ya abandonados y agotados) y Valdesegadas (Caarasconte-Piedrafita) que, concebido en tres fases, se está explotando con buen rendimiento en la actualidad. La polémica persigue al cielo abierto de Fonfría, entre Orallo y Caboalles de Abajo, que la empresa asegura haber solicitado y regularizado en 1997, cosa sin demostrar al no haber constancia de que se hayan cumplido todos los requisitos y prescripciones legales relativos a la exposición pública y trámite de alegaciones al proyecto. Esta instalación o explotación está en actividad normal en estos momentos.

En el 2001 se solicitó la concesión de dos nuevas autorizaciones: Ladrones, en Villaseca, aprobada en diciembre de 2003 y pendiente de decisión sobre licencia municipal, y Xaral (Caboalles de Abajo), cuyo proyecto no ha sido analizado tan siquiera ni resueltas las alegaciones presentadas en su contra.

El 12 de enero del año 2004, se publican en el BOCyL otras cuatro solicitudes más cuyos proyectos y estudios de declaración de impacto ambiental se han sometido a la necesaria información pública: Rodeviejas (una reiteración exacta de la antigua propuesta sobre “el Xaral”), Las Chabiadas (en Robles de Laciana), Felisa (que se extiende por Robles, Villaseca y Lumajo) y el aumento de superficie explotable en “El Feixolín” (Orallo-Villablino).



MARCELINO B. TABOADA
http://bierzonatura.blogspot.com/



NOTA: Las fotos han sido tomadas de, la Galería de Daniel Pérez Lanuza (un gran amante y conocedor del mundo ferroviario) y de la Organización conservacionista “Filón Verde” de Laciana.
Les mostramos nuestro más sincero agradecimiento.

http://www.youtube.com/watch?v=8tTZY2mOcCc




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