¿Oportunismo político, satisfacción de demandas históricas o mera estrategia para impactar en la prensa nacional? De distintas y contradictorias maneras fue interpretada la decisión de José María Aznar, como presidente de Castilla y León, de crear por ley la Comarca del Bierzo. Pero esta promesa electoral, lanzada en julio de 1987 y avanzada como anteproyecto un año después, terminaría naufragando ante las acometidas de la oposición política. De ahí que no viera la luz hasta marzo de 1991: el próximo lunes se cumplen 20 años de la creación, por ley, de la Comarca del Bierzo, la única de Castilla y León hasta la fecha.
La puesta en marcha de un modelo descentralizador para El Bierzo era una reivindicación secular, retomada con fuerza a partir de 1977. Lo tenía presente el primer gobierno de la Junta de Castilla y León, presidido por el socialista Demetrio Madrid, sobre todo cuando en septiembre de 1985, su compañero de partido y alcalde de Ponferrada, Celso López Gavela, propuso a 41 alcaldes bercianos estudiar una futura Ley de Comarcalización que potenciara, decía, «nuestra autonomía comarcal».
Pero no hubo tiempo. De ahí que Aznar decidiera apuntarse el tanto. La noticia del anteproyecto, presentada a la opinión pública el 6 de julio de 1988, fue acogida con cierto recelo. El mismo Aznar, en una visita de dos días al Bierzo, se topó con el escepticismo de los alcaldes ante su «nuevo concepto descentralizador de la Administración española». La lectura electoralista de su determinación no tardó en saltar a la prensa: «Para los partidos de la oposición, léase PSOE, CDS, IU e incluso el Partido del Bierzo, el proceso de comarcalización iniciado por la Junta gobernada por el Partido Popular sería solo una operación electoralista en un intento de abrir una brecha en una zona que es feudo electoral del PSOE», podía leerse, en marzo de 1989, en el 'Diario de León.
El 25 de julio de 1988, la Junta de Consejeros aprobaba el anteproyecto en medio de un mar de críticas: mientras los partidos de la oposición lo tildaban de unilateral, apresurado, electoralista y falto de concreción, el entonces presidente de la Diputación Provincial de León, el socialista Alberto Pérez Ruiz, afeaba a Aznar que no hubiera contado con la institución y aventuraba que el anteproyecto no serviría para otra cosa que «para privar de competencias a los ayuntamientos».
Incluso el Partido del Bierzo, liderado por Tarsicio Carballo y partidario de convertir el territorio en una provincia independiente de León, calificaba el texto de oportunista y le asemejaba «a un estatuto de comunidad de vecinos». Aun así, la Junta envió el borrador a los ayuntamientos bercianos y a la Diputación leonesa para que hicieran cuantas alegaciones consideraran oportunas; el objetivo era aprobar el proyecto de Ley a principios de 1989. De poco sirvió, empero, su ratificación por parte del Consejo de Gobierno: la oposición lo tenía acorralado.
Posturas contrarias
Hasta el CDS, que en mayo de 1989 había firmado el pacto de gobierno en coalición con AP, mantenía su postura contraria: si en León los centristas insistían en la incapacidad de aprobar un proyecto comarcalizador «que adolece de fundamentos para su desarrollo», el mismo Luis Aznar, portavoz entonces del CDS en las Cortes regionales, insistía en lo «insuficiente» del texto y en la necesidad de «renegociarlo». El PSOE, por boca del procurador José Constantino Nalda y del portavoz parlamentario Jesús Quijano, se oponía a la iniciativa «tal y como la plantea la Junta», por entender que exigía un proyecto de «comarcalización general de la región».
A principios de agosto de 1989, con el texto ya definitivamente encallado, Aznar, quizás en una operación que él mismo había provocado, dio el plácet a la oferta de Manuel Fraga de liderar el PP a escala nacional y optar a la presidencia del Gobierno. La despedida tuvo lugar en septiembre. A Jesús Posada, su sucesor al frente de la Junta, le tocó apechugar con el fracaso: a finales de noviembre, previo diálogo entre Daniel de Fernando, presidente regional del CDS, y Juan José Lucas, secretario de Organización del PP, el ejecutivo regional decidió retirarlo. La decisión vino motivada por las «serias discrepancias» con el CDS, su socio de gobierno, «la presión del PSOE y, sobre todo, la enmienda a la totalidad introducida por los socialistas, que han presentado un verdadero texto alternativo encaminado a la comarcalización de toda la región», podía leerse, el 19 de noviembre de 1989, en EL NORTE DE CASTILLA.
Proyecto retomado
«Lo retomamos porque el CDS estaba empeñado en sacarlo adelante de forma negociada», recuerda el propio Posada. El acuerdo lo hizo público el ejecutivo regional en septiembre de 1990; el entonces consejero de la Presidencia, César Huidobro, explicó «las tres líneas de argumentación para llevar el proyecto de Ley a las Cortes: las características orográficas de la comarca del Bierzo, separada y diferenciada del resto de la región; su elevada importancia poblacional; y las tradiciones y cultura de esa zona, que suponen diferencias muy marcadas respecto a otras comarcas».
Poco margen de maniobra le quedó el PSOE para intentar frenar por segunda vez el texto: el acuerdo entre CDS y PP posibilitó que el 29 de noviembre de 1990, las Cortes regionales rechazaran la propuesta socialista de devolución. Para Jesús Quijano, se trataba de una propuesta «en poco diferente a la planteada por José María Aznar y que provocó tanto rechazo que hubo de ser retirada»; criticaba «la nula participación que se ha dado a los Ayuntamientos del Bierzo en su elaboración», proponía un proyecto de comarcalización general para Castilla y León y tildaba de electoralista la iniciativa, pues sería aprobada meses antes de las elecciones autonómicas y municipales de 1991.
Así ocurrió: el Pleno de las Cortes celebrado el 8 de marzo de 1991 aprobó el texto legal con los votos afirmativos de 'populares' y centristas y la abstención del PSOE. Curiosamente, los tres grupos enviaron al estrado a «procuradores de segunda fila» para defender las respectivas posiciones: Luis Cid (PP), Guillermo Domínguez (CDS) y Lorenzo López (PSOE). Solo el consejero de la Presidencia, César Huidobro, dio la cara en la presentación del proyecto. «Siempre tuve claro que la Ley sería solo para El Bierzo por sus circunstancias y características singulares», señala Posada, «que no se trataba de comarcalizar toda la región, como proponía el PSOE».
La Ley 1/1991 de Creación y Regulación de la Comarca del Bierzo, de 14 de marzo, la dota de entidad jurídica y le permite la gestión autónoma de diversas competencias (artículo 4), con las que podía ejercer las potestades que la Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local atribuye a las entidades locales (ordenación del territorio y urbanismo; sanidad y servicios sociales; cultura y deporte; salubridad pública y medio ambiente; turismo y tradiciones populares; artesanía, agricultura, ganadería y montes; minería, ferias y mercados comarcales; energía y promoción industrial).
El artículo primero desgrana los 37 municipios que integran la comarca, ampliados a 38 tras la incorporación, en octubre de 2006, de Palacios del Sil. Su órgano de Gobierno, el Consejo Comarcal, cuya sede se encuentra en Ponferrada, ha sido presidido desde su creación por ediles socialistas: Francisco Alfonso, alcalde de Páramo del Sil; Rita Prada, de Ponferrada; Jesús Esteban Rodríguez, regidor de Bembibre; Ricardo Saavedra, de Ponferrada; y José Luis Ramón Corral, alcalde de Cubillos del Sil y presidente actual.
El pasado 20 de diciembre, una nueva Ley modificaba la aprobada en 1991 con objeto, según el texto, de facilitar «el fortalecimiento de la autonomía comarcal, el refuerzo de sus poderes, la mejora de su funcionamiento y el aumento de la calidad de los servicios que esta institución presta al conjunto de los ciudadanos bercianos».
Nuevas competencias
Además de ratificar la incorporación del municipio de Palacios del Sil, la nueva norma «redefine y amplía el listado de materias que delimitan el ámbito competencial de la comarca y modifica la regulación actual con el fin de que la Diputación Provincial de León pueda delegar en El Bierzo cualquier función que tenga atribuida por el ordenamiento jurídico». Además, la comunidad autónoma se obliga a que en las leyes sectoriales especifiquen qué es lo que puede ejercer la Comarca del Bierzo.
El anterior Consejo de Gobierno se denomina ahora Junta de Gobierno, y se modifica la Ley electoral en aras de una mayor representatividad, estableciendo, entre otros aspectos, la limitación a 27 del número de consejeros comarcales y un sistema electoral que conlleva la representación de los ayuntamientos por zonas geográficas.
Un nuevo órgano de estudio y asesoramiento, la Asamblea de ediles, representa a todos los municipios, y la Ley también refuerza la cooperación económica entre la comarca y la Junta de Castilla y León.
El tortuoso camino hacia la singularidad de El Bierzo
Tras el fracaso de la iniciativa de Aznar, el ejecutivo de Posada aprobó la Ley de la Comarca, que pasado mañana cumple 20 años
12.03.11 - 00:33 -
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«La actitud de las Cortes hace que no nos sintamos protegidos»
José Luis Ramón Presidente del Consejo Comarcal del Bierzo
12.03.11 - 00:28 -
El lunes 14 de marzo se cumplen 20 años de la aprobación de la primera Ley de la Comarca del Bierzo, el único territorio de Castilla y León reconocido como tal. En vísperas del aniversario, el presidente de la institución berciana hace balance de las dos últimas décadas, los logros, los retos pendientes y el futuro de una comarca que aglutina 38 municipios y a más de 137.200 habitantes.
-¿Cuáles han sido los principales logros del Consejo Comarcal?
-El Consejo ha ido ganando espacio con el tiempo y aún con las limitaciones a las que está sometido ha conseguido avances importantes en cuestiones de índole social, como dependencia o drogadicción. También es importante su labor en materia turística y de promoción.
-¿Y los retos pendientes?
-Muchos. Es necesaria la apuesta decidida por la comarca. La comarcalización es un invento que no ha gustado al Gobierno autonómico. Fíjate el interés que puede tener la Junta en nuestra comarca cuando no ha permitido el desarrollo de otra comarca en todo el territorio castellano y leonés. Eso ya significa que su apuesta será por otra institución como pueden ser las diputaciones o mancomunidades, entre otras.
-A partir de las próximas elecciones entrará en vigor una nueva Ley de la Comarca. ¿Qué avanza respecto a la anterior?
-Yo avances no encuentro muchos. Hay cosas buenas, aspectos que mejoran la anterior, como es el tema de las subvenciones. El hecho de que el Consejo Comarcal firme un convenio con la Junta y vaya financiado al cien por cien es un avance que no teníamos recogido antes. Hasta ahora el Consejo era tratado como un ayuntamiento. No obstante, esta no es nuestra ley, yo creo que el Consejo nació con otras intenciones, como la de ser una institución muy próxima al mundo rural, a los pequeños ayuntamientos con grandes necesidades que por su tamaño tendrán dificultades para prestar sus servicios. Sin embargo, la nueva ley le da a Ponferrada un tercio de los representantes del nuevo órgano que se constituya, porque se van más a datos poblacionales.
-¿Cree que la Junta no se interesa por el desarrollo del Bierzo?
-No, yo podría hacer una valoración de esta actitud concreta diciendo que la Junta no quiere que el Consejo decida quién se instala en los polígonos industriales como El Bayo. Lo quieren decidir ellos, porque si yo tardo catorce meses en dar una licencia a una industria en El Bayo y en Valladolid se da en quince días pues la empresa, a lo mejor, tiende a irse a Valladolid.
-¿Cuál es el futuro del Bierzo?
-Es complicado. Estamos en una situación difícil y nos hemos dado cuenta de la dependencia que aún tenemos del carbón. Pero hay verdaderas apuestas por el sector primario como la agricultura y el vino